No, señor presidente: (1)
Coronel PNP (r) Juan G. Alva Sánchez
A raíz de la denuncia
periodística en la que se pone al descubierto la ejecución de un fuerte y bien
implementado dispositivo de seguridad policial, poco usual, irregular e
indebido, por parte del Estado, en Santiago de Surco, para el domicilio de un
particular, más aún, tratándose de un sentenciado a prisión suspendida, como lo
es el caso de Oscar López Meneses, conocido como el “operador” de Vladimiro Montesinos,
el ambiente político se ha visto convulsionado, colocando al gobierno del
presidente Humala, en una situación delicada, calificada por algunos, como la
crisis política más compleja en lo que va de su régimen, al atribuírsele
responsabilidad directa en esta indebida protección policial y, en todo caso, a
la presencia de un poder paralelo, entre las sombras, manejado por su
asesor en seguridad y defensa, Coronel
EP ® Adrián Villafuerte Macha, y un entorno afín a Montesinos.
Luego de las declaraciones emitidas por el mismo Adrián
Villafuerte, negando su participación en tal hecho; del Ministro del Interior,
reconociendo su responsabilidad política a la vez de negar toda participación
del gobierno; de las declaraciones del presidente del Comando Conjunto, del ex
director de la Policía Nacional y de algunos mandos de la institución; el
Presidente de la República, en entrevista concedida a un medio de prensa local,
el pasado 18 de noviembre del año en curso, a casi una semana del escándalo, ha
tratado de minimizar o reducir el problema a un tema de corrupción policial,
haciendo un natural y lógico deslinde con el gobierno.
Es decir, una vez
más se cuestiona y se pone en tela de juicio a la institución policial, nada
menos que por el propio presidente de la
república y por algunas otras autoridades del gobierno central y del Congreso
de la República, que sin mayor fundamento de causa se la agravia refiriéndose a
ella en términos de corrupción, que si bien se alude a determinados elementos, tales adjetivos alcanzan y afectan de manera
general, la dignidad, prestigio y autoridad moral de la institución policial,
valores que al interior de la misma constituyen su esencia, identidad que se
proyecta a la gran mayoría de sus integrantes, hombres y mujeres, en sus
diferentes jerarquías y cargos que desempeñan y a los que hemos pertenecido a
ella, términos agraviantes que no compartimos y que todos en actividad o retiro
debemos rechazar de manera rotunda.
La Policía Nacional
no niega que al interior de sus cuadros existan malos elementos, enquistados o
infiltrados entre los buenos y ejemplares agentes de la Ley, que sí los
hay y constituyen su inmensa mayoría; reconoce que se presentan actos de
corrupción, como los hay en toda organización o grupo humanos, sin que ello
signifique justificación alguna; la institución admite tal deficiencia, nunca
la ha negado, pero a la vez, también se esfuerza y se empeña en erradicarla y
superarla, en una lucha constante y
frontal, pese a las limitaciones y dificultades que tiene que superar, especialmente aquellas relacionadas con la
ingratitud y la incomprensión de la población y del mismo gobierno, así como
las bajas y exiguas remuneraciones, no atendidas en la medida de sus expectativas; por ello no se la puede tratar con desdén o
inusitada ligereza.
Para no caer en
error respecto a las tantas veces utilizado el término de corrupción para
referirse a la Policía Nacional, transcribimos un extracto de las declaraciones
del presidente a la prensa nacional, que como es natural tienen que haber
rebotado en el ámbito internacional:
(…) “para
conocimiento del ama de casa y de las familias” (…); refiriéndose al
auditorio o blanco objetivo al cual se dirige.
(…) “Se ha escuchado mucho en estos días, todo
el mundo opina, todo el mundo esboza teorías y sobre un tema objetivo se ha
creado toda una serie de novelas, una serie de afirmaciones que no tiene
mayor base, pero todo esto genera un ambiente de sospecha, sospechamos de
todo el mundo y elaboramos una serie de teorías” (…); haciendo
alusión a la reacción de la opinión pública y de la población en general.
(…) “hay una
actividad de corrupción en la Policía Nacional del Perú, hecha por algunos
malos elementos que estamos tratando de identificarlos, que trafican con el
servicio de resguardo policial” (…); haciendo mención al
hecho concreto del dispositivo de seguridad implementado.
(…) “Adrián
Villafuerte, no tiene ninguna relación con estas prácticas corruptas, se
decidió y él también decidió apartarse del gobierno porque él no quiere prestar
su nombre, su trabajo, como un instrumento para que le hagan daño al gobierno y
también le hacen daño a él”(…); refiriéndose a su ex asesor y negando su
presunta participación en el caso.
(…) “estamos luchando
contra prácticas corruptas donde muchas veces algunos malos elementos de
policías tenían los medios, unidades vehiculares, etc., y una parte de estos
medios los asignan conforme a norma y se guardan otra parte como una caja chica
para poder asignar vehículos a determinadas personas que puedan pues de alguna
manera darles alguna retribución por este servicio, es lo que tenemos hoy día,
que estamos chequeando desde cuando vienen estas cosas porque al parecer no
vienen de hace dos años sino que viene a ser una mala práctica que se ha venido
dando” (…);
(…) “Lo que ha habido en concreto
es una actividad irregular producto de corrupción de personas al interior de
la Policía, que prestaban servicios de resguardo policial a personas que no
estaban dentro de las normas. Y eso se ha venido dando y hoy día estamos
haciendo una revisión total para poder corregir y sancionar a todos los que
tengan que ser sancionados” (…)
(…) “Estamos
investigando y estamos trabajando sobre una práctica irregular y corrupta de
prestación de servicios policiales de resguardo, que encontramos en este
escenario a un traficante de influencias que consigue por, quien sabe qué
favores, que le pongan vehículos de seguridad en su casa” (…);
En otro momento de la entrevista, el presidente se
pregunta y a la vez se contesta: “¿Cuál es el tema?... El tema es que haya
una práctica corrupta que permite que vehículos de unidades como el
SUAT, escuadrón verde y otras unidades más estén plantados todo el día pagados
por los contribuyentes dando seguridad a gente que no la merece, bueno que
se investigue eso, pero de ahí a decir que acá hay una corrupción generalizada,
eso es otra cosa” (…);
(…) “En el caso del Comando
Conjunto, y en el caso particular del Jefe del Comando Conjunto, él ha rechazado públicamente que está
involucrado, y yo no tengo por qué dudar de eso, pero lo que no puedo
permitir es que haya un enfrentamiento entre el Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas y la Policía Nacional del Perú porque son dos instituciones que van
unidas” (…);
(…) “Yo lo que veo es un tema
objetivo. Hay un tema objetivo que son prácticas irregulares, corruptas y que
se relacionan con un traficante de influencias” (…);
(…) “Quién no comete errores,
estamos avanzando y en el avanzar se cometen errores, pero de ahí a salir a
decir volver al pasado, nosotros no tenemos que volver al pasado. El pasado que
nos sirva de lección para no repetirlo” (…);
(…) “por un tema de corrupción de
policías quieren hacernos creer que todo el Perú está perdido, el Perú está
bien, a nuestros hijos hay que darle un futuro mejor y es esa la lucha que
debemos tener todos” (…);
No señor
presidente, respetamos su alta investidura y la opinión que le merece este
insólito caso, pero no creemos que se trate de una novela para las amas de
casa, menos para las familias y que, bajo ese argumento, se maltrate a la
Policía Nacional, institución sumamente importante y valiosa para garantizar el
orden interno, la estabilidad de la democracia, la pervivencia del Estado y la
de su gobierno; la mayoría de peruanos estamos asombrados, nos hemos quedado
insatisfechos con tan simple razonamiento y poco o casi nada convencidos con
tan frágil explicación.
Consideramos que la naturaleza del indebido dispositivo de seguridad para una persona civil que, aparentemente no desempeña ninguna función pública oficial, abierta o encubierta, y que por lo demás ha estado vinculada a los actos de espionaje y corrupción implementados por el ex asesor Vladimiro Montesinos, no se reduce a un simple hecho objetivo ni se limita a un acto de corrupción policial atribuible a ciertos mandos de la institución; creemos que existe presunción fundada de que en el hecho en cuestión, también estarían comprometidos otros niveles del poder en el aparato estatal, lo cual hace necesario esclarecer a través de una investigación imparcial.
Consideramos que la naturaleza del indebido dispositivo de seguridad para una persona civil que, aparentemente no desempeña ninguna función pública oficial, abierta o encubierta, y que por lo demás ha estado vinculada a los actos de espionaje y corrupción implementados por el ex asesor Vladimiro Montesinos, no se reduce a un simple hecho objetivo ni se limita a un acto de corrupción policial atribuible a ciertos mandos de la institución; creemos que existe presunción fundada de que en el hecho en cuestión, también estarían comprometidos otros niveles del poder en el aparato estatal, lo cual hace necesario esclarecer a través de una investigación imparcial.
¿Por qué no creer
en las declaraciones de los Oficiales Generales de la policía, en el sentido de
que su accionar responde al acatamiento de una orden proveniente del más alto
nivel?; ¿acaso no es posible pensar, en el mejor de los casos, de una marcada
negligencia de aquellos mandos por no sujetarse a los protocolos establecidos
para la ejecución de servicios de
singular envergadura, sin descartar por
cierto la posible corrupción en su accionar?; ¿tan desprevenidos, poco
alertas o incompetentes se han mostrado los agentes y órganos de inteligencia
nacional, militar y policial, de no percatarse, informarse e informar a Ud.,
sobre el objetivo y misión de tan notorio
despliegue policial?; ¿es acaso la participación del serenazgo de la
Municipalidad de Santiago de Surco, parte de la corrupción policial que usted
señala?, ¿a qué se debe el lamentables intercambio de adjetivos ofensivos entre
dos altos mandos, uno militar y otro policial, éste último, en retiro?.
No señor presidente,
la Policía Nacional no puede seguir siendo utilizada como “chivo expiatorio” de
las acciones desacertadas de quienes dirigen o asesoran la Política Nacional,
concretamente en lo que a orden interno se refiere; tales acciones y sus
consecuencias no pueden justificarse de manera tan simple y sin mayor
fundamento; tienen que ser asumidas por quienes así las ordenan o disponen,
responsables de las mismas; la opinión pública y la salud de la democracia
necesita, exige y merece respuestas más claras, más sinceras, con mayores
fundamentos y a la vez, con la necesaria obligación de salvaguardar el honor y
el buen nombre de la Policía Nacional, tan mellado como resultado de los hechos
ya conocidos y de la falta de prudencia en sus expresiones ante la prensa
nacional. La institución policial exige una explicación y merece un desagravio.
¡A la Policía se le respeta!
No señor presidente, en las amas de casa, en las
familias y, entre ellas la familia policial, a quienes ha dirigido su mensaje,
al igual que en la opinión pública en general, persisten aún las interrogantes
que no han sido debidamente aclaradas y por tanto, pendientes de respuestas:
¿Qué se protegía o trataba de ocultar
con tan importante despliegue policial?, ¿De dónde o de quién provino la
orden?; ¿Qué nivel de participación ha tenido el Comando Conjunto de la FA?;
seguiremos esperando. Esta es nuestra opinión, nuestro punto de vista.
(1) Línea de Mira.- Ed. noviembre 2013
COMENTARIOS:
Hola Juan
Has hecho un buen análisis y creo que estás dejando algo en el tintero que al parecer no lo quieres soltar ahora. Tus razones tendrás, pero te felicito por la exposición.
Marcelo
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Hola Juan
Has hecho un buen análisis y creo que estás dejando algo en el tintero que al parecer no lo quieres soltar ahora. Tus razones tendrás, pero te felicito por la exposición.
Marcelo
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